La ola de protestas en rechazo a la reelección del presidente bielorruso, Aleksandr Lukashenko, toma fuerzas cada día. Ante una inminente sublevación fue puesta sobre la mesa la idea de un referéndum constitucional para aplacar el descontento, aunque no se fijó fecha.
De acuerdo con lo reseñado por Europa Press, miles de personas salieron a manifestar por tercer fin de semana consecutivo contra la reelección del 9 de agosto de Lukashenko, señalada como fraudulenta ante el mundo.
Esto ha hecho que las calles de la capital, Minsk, se conviertan en un escenario de gritos para que ocurra la dimisión del Gobierno comunista de Lukashenko, un terreno abonado por una oposición que el mandatario ha fustigado, porque en su opinión intentan tomar el poder a toda costa.
Con la misión de apaciguar esta creciente ola de disconformidad con los resultados, Lukashenko, quien ya lleva 26 años en el poder, indicó que un grupo de expertos se encuentra trabajando en las enmiendas constitucionales para elaborar un texto que después «será expuesto ante la población para que lo discuta, exprese su opinión».
Mientras se dan estas gestiones de reforma, Lukashenko se mantiene atento a las manifestaciones, con una alerta a las Fuerzas Armadas para la contención de algunos focos que puedan amenazarle, específicamente en áreas del oeste fronterizas con otros países. El Ministerio de Defensa confirmó la fase final de varias maniobras militares en Grodno, una zona cerca de Polonia.
Por otra parte, Rusia ha decidido respaldar al dictador bielorruso, pues la semana pasada el Kremlin informó que estaría dispuesto a enviar efectivos rusos solo en caso de «una situación extrema».