Una ola de rechazo a Uber, empresa privada que ofrece servicio de transporte a través de una aplicación telefónica, ha surgido a lo largo de toda Latinoamérica, resultando en diferentes protestas del gremio de taxistas que rechazan la implementación de la aplicación en sus países.
La más reciente surgió este martes, 29 de marzo, cuando un grupo de taxistas realizó una caravana en Ciudad de Panamá para manifestar en contra de la empresa.
“El motivo es rechazar una vez más esta plataforma que está violando la ley”, aseguró el dirigente transportista panameño, Rafael Reyes, a el diario La Prensa.
“Uber está aprovechando una situación que no le compete”, sentenció Reyes para asegurar que la protesta es “un derecho que nos hemos ganado por realizar este servicio [de taxi]. Este miércoles también se realizará una protesta, y vamos a continuar”, concluyó el dirigente.
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La manifestación en Panamá se suma a las recientes protestas en Argentina, luego de que se anunciara que Uber llegaría al país suramericano.
El gremio de taxistas argentino aseveró que no permitirá “bajo ningún concepto” el funcionamiento de la aplicación en el país.
Asimismo, el dirigente argentino del gremio de taxistas, Omar Viviani, manifestó este lunes que Uber quiere llegar a Argentina para “desregular todo el sistema”.
Por otra parte, la aplicación ha tenido que padecer un fuerte rechazo en países como Uruguay y Colombia, donde las manifestaciones lideradas por los taxistas, en varias ocasiones ha terminado de manera violenta.
[adrotate group=”7″]En el caso particular de Colombia, el desempeño de Uber ha sido obstaculizado no solo por los taxistas, sino por el mismo Estado que a través de diferentes mecanismos ha boicoteado la labor de la empresa.
El 7 de marzo se dio a conocer que la Superintendencia de Puertos y Transporte de Colombia aplicó una sanción de 451 millones de pesos (US$ 142.337) a Uber, por haber supuestamente violado las normativas establecidas de transporte en el país.
De igual manera, la realización del conocido festival de música alternativa, Estéreo Picnic, se vio en peligro por la amenaza del alcalde de Bogotá de cerrar el festival si en este se llegase a permitir el uso del servicio de Uber.
En el caso de Uruguay, se supo el 26 de febrero que el gobierno pretendió congelar las cuentas bancarias de plataformas online como Uber para poder establecer un control más preciso del desempeño del servicio en el país.
De igual manera, el Estado sugirió a principios de año la necesidad de que Uber pague impuestos por su condición de intermediario en un supuesto negocio entre particulares.
Pese a la presión de taxistas a lo largo del continente para combatir a la aplicación, políticos, como el ministro de las Tecnologías de la Información y las Comunicaciones en Colombia, David Luna, defendieron a Uber afirmando que aplicaciones como esas “gozan de presunción de legalidad”, y sostuvo que, en su caso, “bajo ninguna circunstancia” se prohibirá Uber.
Usuarios prefieren a Uber sobre los taxis tradicionales
Asimismo, en el caso de Colombia, la mayoría de los usuarios de servicios de transporte respaldan a la empresa estadounidense y le dan preferencia sobre los taxistas regulares por la garantía de “seguridad, dignidad y efectividad” que ofrece Uber.
Igualmente, en México, donde los taxistas también le declararon la guerra a la aplicación telefónica, usuarios de Uber hicieron llegar una carta al Gobierno del Distrito Federal, donde 121.500 firmantes manifestaban su apoyo a la empresa y pidieron al Gobierno que aplique una regulación ligera que permita su desempeño.
La mayoría de los taxistas que rechazan a Uber en latinoamérica, se justifican considerando que la empresa estadounidense representa una competencia desleal y no proporcional que les resta empleo.
Ya a principios de este año, el diario El Tiempo, reportaba que al menos unos 15.000 taxistas habían migrado a Uber para dejar atrás el tradicional auto amarillo en Colombia.