Para la fiscal general legítima de Venezuela, Luisa Ortega Díaz, el dictador Nicolás Maduro jamás ha confrontando la corrupción en su administración. Dice, además, que el régimen la llegó a presionar para evitar que desde la Fiscalía se avanzara en ese ámbito.
Ya desde hace tiempo se vienen llevando a cabo investigaciones sobre la corrupción en la estatal petrolera PDVSA; sin embargo, el Tribunal Supremo de Justicia, altos funcionarios e, incluso, el mismo Nicolás Maduro, obstaculizaron cualquier posible avance, de acuerdo con Ortega Díaz.
“Cada vez que actuábamos, nos enfrentamos a un obstáculo; y la Corte Suprema emitiría una decisión para evitar el enjuiciamiento penal”, dijo la fiscal general legítima al medio Bloomberg en una entrevista.
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Ciertamente, de repente en Venezuela se supo que la estatal PDVSA estaba plagada de corrupción. Se supo, aparentemente, y se actuó: Eulogio Del Pino y Nelson Martínez, dos altos gerentes de la petrolera y exministros, fueron detenidos.
Junto a ellos, decenas de funcionarios. Se habla de una purga y Luisa Ortega Díaz confirma que se trata simplemente de una “lucha por el territorio” y “una batalla entre mafias”.
“Ortega, quien fue destituida de su cargo como máxima fiscal de la nación en agosto, dice que maduro y otros altos funcionarios de la administración conocían desde hace mucho tiempo la injerencia generalizada en la empresa conocida como PDVSA y otras instituciones estatales, pero reprimieron las investigaciones para proteger a los aliados políticos”, se lee en Bloomberg.
Uno podría creerle o no. Por diez años Luisa Ortega fue una de las principales responsables de todas las arbitrariedades del chavismo; cómplice en la consolidación de un movimiento autoritario; pero ahora se muestra como disidente. Asegura que ella sí trató de luchar contra la corrupción.
Ortega dice que trató reiteradamente de acabar con las prácticas ilegales y el abandono de PDVSA, impulsando más de 300 investigaciones sobre la empresa, pero fue en repetidas ocasiones bloqueada por los principales ejecutivos de la compañía, como los exministros de Petróleo, Eulogio Del Pino y Nelson Martínez. Luego de una explosión fatal de la refinería de Amuay en 2012 [aún con Chávez al mando], Maduro le impidió investigar la negligencia de la compañía.
Luisa Ortega Díaz dice a Bloomberg que el ahora dictador le dijo en ese momento: “Esto no pede ser. Vas a poner en peligro la Revolución”.
Insiste en que el problema es el líder actual del régimen chavista. Es él el que ha permitido la descomposición de todo un modelo. Retórica para apartarse de un sistema al cual ella perteneció.
“A Maduro jamás le preocupó combatir la corrupción”, asevera la fiscal general legítima del país.
Desde que huyó de su país, Luisa Ortega Díaz se ha dedicado a hablar sobre el régimen de Nicolás Maduro y su carácter autoritario. Se ha convertido en una activista; dejando a un lado cualquier influencia real que pudiese tener sobre la dictadura.
Muchos depositaban en la fiscal general la confianza de que tendría el poder suficiente para terminar de desestabilizar al régimen. Es cierto: cuando anunció la ruptura del orden constitucional y terminó de romper con el chavismo; sus palabras sí generaron un impacto inmenso en el escenario político. Desde entonces, las expectativas empezaron a crecer. Pero huyó y su influjo se ha aplacado.