En la indagatoria por la causa que investiga el direccionamiento de la obra pública nacional a favor del empresario Lázaro Báez, la exmandataria argentina Cristina Kirchner aseguró al juez Julián Ercolini: “No soy amiga ni socia de Lázaro Báez”. Sin embargo, las evidencias y testimonios demuestran todo lo contrario.
Este martes, el abogado de los hijos de Lázaro Báez señaló que la expresidenta tiene “muchos negocios en común” con el empresario K.
“El tema de la amistad es una apreciación personal y cada uno decide de quién es amigo, pero en cuanto a lo de socios creo que hay varias constancias en los expedientes de que tenían cosas en común”, indicó el abogado Santiago Viola a radio La Red.
Viola reiteró que Báez tiene “mucha información” sobre la familia Kirchner y que sus hijos insisten con la idea de que esos datos sean aportados al expediente para poder beneficiar la situación procesal del empresario que está detenido desde abril.
Por su parte, la diputada Margarita Stolbizser, una de las principales denunciantes de la exmandataria, aseguró este martes que Kirchner “miente” al deconocer su relación con Báez.
“Ha sido un amigo de la intimidad de la familia hasta el mismo momento de la muerte de Néstor Kirchner y después una amistad que continuó con ella y sus hijos; posiblemente hoy la hayan roto por los negocios comerciales”, indicó la diputada.
Stolbizer dijo, además, que están probados los vínculos comerciales entre los Kirchner y Báez. Agregó que el empresario K depositó sumas millonarias en las cuentas de la exmandataria.
La diputada dijo que Cristina Kirchner está usando un “discurso de campaña” al decir que es víctima de persecución.
“Sólo la posibilidad de que ella pueda ser electa es un retroceso, por el daño que le han hecho a la Argentina”, sentenció la legisladora, en referencia a la posibilidad de que la expresidenta pueda postularse como candidata a las elecciones legislativas de 2017.
Las evidencias
El diario argentino Clarín destaca en una nota publicada este martes, que la exmandataria compartía con Lázaro Báez hasta el 16 de mayo de 2015 la mitad de un campo en El Calafate (provincia de Santa Cruz), y que que ese mismo día le cedió su porcentaje a sus hijos, Máximo y Florencia.
Máximo Kirchner, haciendo uso de un poder general amplio que sus padres le legaron para hacer negocios, acordó con la empresa de Báez, Austral Construcciones, que esa compañía se hiciera cargo de terminar el hotel boutique “Los Sauces”, propiedad de la familia.
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Báez construyó el spa del hotel y una de las ampliaciones para los huéspedes, a cambio de un terreno que la expresidenta y su esposo (Néstor Kirchner) le cederían.
En un allanamiento a la inmobiliaria Máximo Kirchner en 2014 , las autoridades descubrieron un cuaderno de anotaciones manuscritas donde quedaron registrados pagos de Báez por las propiedades que le alquilaba a la familia Kirchner.
La propia expresidenta habilitó a Báez para que éste le alquilara el hotel más grande de los tres que ella y sus hijos tenían en El Calafate, que manejaban a través de la sociedad Hotesur S.A. También la gerenciadora “Valle Mire”, de Báez, se hizo cargo de la administración de otros dos hoteles que eran propiedad de la exmandataria: “Las Dunas” y “La Aldea” de El Chaltén.
El diario Clarín publicó este martes el contrato de alquiler de “Las Dunas” que está firmado por Máximo Kirchner y la gerenciadora “Valle Mitre” de Báez.
Durante la investigación se descubrieron más evidencias de la relación comercial entre la familia Kirchner y Báez, entre las que destaca la construcción de edificios a través de un fideicomiso entre Néstor Kirchner y Austral Construcciones, la cesión de derechos de la exmandataria a favor de Austral como pago por obra de la empresa en el Hotel Los Sauces, y de operaciones de compraventa de terrenos, entre otras.