La política de seguridad del presidente argentino Mauricio Macri ha dado algunos resultados alentadores en su primer año de Gobierno, pero las experiencias de otros países de la región ponen en evidencia algunas desventajas del enfoque que su gestión está dando al tema, asegura InSight Crime, una fundación dedicada al estudio del crimen organizado en Latinoamérica y el Caribe.
En un trabajo publicado este lunes 19 de diciembre en su sitio web la organización destaca que Macri inició cambios radicales en las políticas de seguridad del país poniendo énfasis en un enfoque militarista. En este sentido, enumera que el Gobierno ha buscado a asesores estadounidenses e isaraelíes; ha mandado a la cárcel a narcotraficantes y ha envido tropas federales a las zonas más inseguras del país, entre otras medidas.
En su primer año de Gobierno Macri puede exhibir resultados positivos, asegura InSight Crime. La fundación detalla que durante el primer semestre de 2016, los asesinatos cayeron en Argentina un 19 %, de 1.535 a 1.251 . En la provincia de Buenos Aires, la más poblada del país, el número de asesinatos cayó un 21 % en el mismo período, de 656 a 519. En la ciudad de Buenos Aires, la cifra pasó de 105 a 64 , lo que representa una caída del 40 %.
Sin embargo, la fundación considera que aunque las cifras pueden resultar muy alentadoras en este momento, “el enfoque de Macri tiene una serie de vulnerabilidades que podrían crear grandes dificultades de seguridad en el futuro”.
Destaca que al igual que Macri, el expresidente mexicano Felipe Calderón, abordó la inseguridad del país enviando a 7.000 militares a Michaocán, días después de asumir la presidencia en 2006. Calderón también reaccionó a una serie de incidentes que tuvieron mucha difusión, y que estimuló el apoyo a la intensificación de la política de seguridad. En Argentina tuvieron el mismo efecto los arrestos de los principales capos colombianos, entre otras medidas.
InSight Crime asegura que inicialmente México sufrió una desaceleración de la violencia no muy diferente a la de la Argentina de hoy. El total de asesinatos a nivel nacional en 2007 cayó a 10.253 de 11.806 el año anterior. No obstante, estos resultados no duraron mucho.
“La militarización ayudó a convertir un desafío manejable en un desastre notoriamente internacional, con el índice de homicidios nacional más que duplicado desde su mínimo de 2007 y la ciudad fronteriza del norte de Ciudad Juárez ganando el título dudoso como el más violento del mundo ciudad”, destaca InSight Crime.
El despliegue inicialmente “modesto” de soldados en un solo estado creció exponencialmente, con decenas de miles de soldados patrullando en las principales ciudades del país. Actualmente, la política de seguridad de México sigue estando vinculada al ejército como nunca, hasta el punto, que la Cámara Baja del Congreso está considerando una ley que podría ampliar el papel de los militares en la seguridad interna y hacerla permanente, destaca la fundación en un trabajo publicado este lunes en su sitio en Internet.
“El entusiasmo de Calderón por lanzar una guerra contra el crimen organizado creó un sentimiento de dependencia inextricable, en el cual México no pudo abandonar la política militarizada, pero incapaz de resolver sus problemas de seguridad a través de las fuerzas armadas, ni siquiera cuatro años después de que Calderón dejara el cargo”, señala el análisis de InSight Crime.
Considera que en los países que han seguido un enfoque más militarizado de la política de drogas, se han producido complicaciones imprevistas. Por esta razón creen que Macri podría correr el mismo riesgo de Calderón en México.
A juicio de esta organización, meter a los narcotraficantes a la cárcel puede dar buenos titulares para la prensa, pero también podría “exacerbar los incentivos subyacentes empujando el comercio de drogas”. Lo mismo ocurre con la utilización de las tropas federales, que pueden verse como una salida a una policía “ineficaz y corrupta”, “pero las tácticas de alto impacto sólo pueden alentar a las pandillas a ser más agresivas, fomentando así la violencia”.
Aunque Argentina nunca ha tenido la importancia para el comercio mundial de drogas como lo ha hecho México, ni ha tenido organizaciones tan poderosas como el Cártel de Sinaloa o los Zetas, estas diferencias “no excusan a Macri”.
“La determinación de un ejecutivo de demostrar dureza sin reconocer las causas subyacentes de la inseguridad (demanda extranjera, proximidad geográfica a las rutas claves, corrupción endémica, inmovilidad social) es un ingrediente no sólo para el fracaso, sino para una espiral de violencia creciente”, concluye InSight Crime.
Fuente: InsightCrime.