
Una vez más el chavismo mueve sus fichas e implementa una jugada que pone contra la espada y la pared a la oposición venezolana.
Este martes 23 de enero, la ilegítima y chavista Asamblea Nacional Constituyente (ANC) decidió convocar elecciones presidenciales en el primer cuatrimestre de 2018; esto como respuesta a las recientes sanciones impuestas por la Unión Europea.
Aunque muchos considerarán que se trata de un supuesto logro, que el chavismo llame a elecciones en Venezuela implica no solo un total fracaso para la oposición, sino una victoria rotunda para el régimen socialista.
🔴 La Constituyente, órgano inconstitucional del régimen de Maduro plantea el adelanto de elecciones presidenciales para Abril manteniendo las condiciones fraudulentas de los procesos electorales anteriores y con los principales líderes opositores inhabilitados para participar
— Johnattan Bilancieri (@Bilancieri) January 23, 2018
Mientras en República Dominicana se dialogaba la ejecución de elecciones libres, transparentes y con nuevo órgano electoral; el chavismo decidió “tirar las exigencias por la ventana” y llamar a comicios en condiciones electorales fraudulentas, lo que representaría una inminente victoria para el candidato del chavismo.
Como a los altos funcionarios del régimen les molestó de sobremanera las sanciones de la Unión Europea, decidieron entonces “jugar sucio”: aparentar que en Venezuela hay democracia con una convocatoria a comicios en un ambiente electoral plagado de irregularidades y evidente fraude.
En breve daré a conocer desde Santiago de Chile la postura del gobierno de México ante la decisión del gobierno venezolano de convocar elecciones presidenciales antes del 30 de abril, lo que atenta gravemente contra las negociaciones de Santo Domingo.
— Luis Videgaray Caso (@LVidegaray) January 23, 2018
En un mensaje en su perfil de Facebook, Maduro dejó claro que la convocatoria a comicios serían una especie de castigo para la oposición; señaló: “a más sanciones, más elecciones para Venezuela. Su odio solo encontrará más democracia y protección para nuestro pueblo”.
La verdad es que, con este adelanto de elecciones, el régimen toma desprevenida a la oposición venezolana. Ahora deberá decidir si participa en unos comicios con el mismo CNE que se ha robado resultados y elecciones, como sucedió en los pasados comicios regionales.
De hecho, de efectuarse las elecciones presidenciales, la comunidad internacional no debería reconocer los resultados de estos comicios; no solo porque fueron convocados por la ilegítima y chavista Asamblea Nacional Constituyente, entidad que el mundo no reconoce; sino además porque de antemano existe un precedente de fradude electoral.
Oposición “entre la espada y la pared”
Los partidos políticos en Venezuela saben que si participan en estas elecciones estarían validando un fraude electoral. Pero si los partidos deciden no hacerlo dejarían el camino libre para que el chavismo, sin obstáculos, logre de nuevo la presidencia y se mantenga al menos por seis años más.
La oposición representada por la Mesa de la Unidad Democrática (MUD) no se encuentra en su mejor momento. La MUD ha perdido apoyo popular tras haber participado en las elecciones regionales que resultaron un completo fraude. Además, abandonaron la lucha de calle a cambio de un diálogo que, con el anuncio de elecciones de hoy, solo consumó el fracaso.
En un país en democracia acudir a comicios es una “fiesta electoral”, pero en dictadura será una “fiesta roja” que perpetrará al chavismo en el poder en medio de una crisis sin precedentes. Es hora de que la oposición asuma acciones contundentes.
Anuncio de elecciones adelantadas ocurre cuando oposición 1. No tiene candidato unitario, 2. No define qué hará con tarjetas, 3. No tiene impulso movilizador de calle (ni siquiera por ser 23 de enero, Día Nacional de la Democracia), 4. Tiene líderes inhabilitados y exiliados
— Víctor Amaya (@victoramaya) January 23, 2018
Guerra Avisada: Será un fraude consumado
En octubre de 2017 unas cuestionadas elecciones regionales en Venezuela dejaron en evidencia un “fraude electoral” sin precedentes que se reflejó en las actas.
En las elecciones regionales, el CNE logró que Nicolás Maduro obtuviera la victoria con el retraso de las elecciones; impidió el registro de nuevos electores; modificó el registro de votantes; reubicó a última hora los centros de votación; eliminó el uso de la tinta indeleble y el captahuellas; viólo la ley al impedir la sustitución de candidatos en el tarjetón y permitió el ventajismo descarado por parte del oficialismo.
A esto se sumó la desmotivación de los electores que no estaban de acuerdo con votar con un CNE que se inventó unas cifras cuando se eligió la ilegítima Asamblea Nacional Constituyente (ANC). Menos por números que fueron desmentidos por Smartmatic, la empresa que estaba encargada de totalizar los votos.
Fue Smartmatic la que, por primera vez en la historia de Venezuela, detectó millones de votos falsos en la Constituyente. Hasta ahora el CNE no ha tenido cómo demostrar que el chavismo obtuvo 8.000.000 de votos.
Ese fraude, y la pasividad de la oposición, al decidir participar en elecciones y al permitir que la Constituyente se instalara, fue lo que también impulsó a miles de venezolanos a salir de Venezuela o abstener su voto.
Éste es el mismo panorama que se avecina para los comicios presidenciales.
Si algo hay que dejar claro es que la abstención obtuvo frutos, pues tanto a nivel nacional e internacional se demostró con actas una variación en las cifras, y un robo descarado de elecciones.