Mientras Nicolás Maduro sigue responsabilizando de la crisis que vive Venezuela a una supuesta “guerra económica”, a Estados Unidos y a la “cuarta República”, luego de 19 años de Gobierno, miembros del chavismo empiezan a desmentirlo con una pequeña oleada de mea culpa, donde públicamente admiten que el socialismo es un fracaso.
Este domingo 22 de julio el ministro de Agricultura Urbana, el chavista Freddy Bernal, quien propuso que los venezolanos críen cabras en sus casas, señaló que el oficialismo es culpable “de los bueno o de lo malo que pasa en el país”.
A través de las redes sociales circuló un video en el que Bernal reconoce que la pérdida de gobernabilidad en Venezuela es responsabilidad del Gobierno de Maduro.
“Somos responsables nosotros, porque tenemos 19 años en revolución, y ya somos responsables de lo bueno o de lo malo que pasa en este país”, aseveró el ministro.
Las declaraciones de Bernal desmienten claramente a Maduro, quien bajo ninguna circunstancia admite la severa crisis que afecta a los venezolanos, enmarcada en la inflación más alta del mundo, los salarios más bajos de la región y una escasez de productos y alimentos básicos única en su historia.
#22Jul Freddy Bernal reconoce responsabilidad del Gobierno ante crisis venezolana: "No es responsable la cuarta república, no es responsable Carlos Andrés Pérez. Somos responsables nosotros porque tenemos 19 años en revolución" https://t.co/k7PyqPWlZv pic.twitter.com/7nhs5zv1tj
— Reporte Ya (@ReporteYa) July 22, 2018
Pero el ministro de Agricultura Urbana no es el único que recientemente ha admitido que las reponsabilidades son del chavismo; también miembros de la ilegítima Asamblea Constituyente empiezan a cuestionar en público al régimen de Maduro.
Tal es el caso de Earle Herrera, quien a través de una columna en el portal chavista Aporrea, preguntó: “¿Para qué sirve un constituyente inútil a su pueblo?”.
En su escrito, Herrera critica que en Venezuela realmente no hay Estado de derecho ni de justicia; aunque allí se refiere a un peculiar caso de disputa inmobiliaria, el fondo de sus letras revela que ninguna instancia en ese país garantiza los derechos a los ciudadanos.
“Yo seguiré gritando esta injusticia hasta el último hálito de mis letras y hasta que la Revolución Bolivariana haga lo que hacen las revoluciones cuando son de verdad. En eso seguiré, desde esta desoladora impotencia constituyente”, sentencia el chavista constituyente.
Una similar crítica realizó el también constituyente chavista Julio Escalona, quien en un programa televisivo declaró que existe un silencio en sectores del Gobierno debido a que la “gente” reclama sus derechos.
Escalona se refería a las cientos de protestas que se registran en el país, donde los venezolanos exigen desde salarios dignos hasta que se solvente la precariedad de los servicios públicos. “Hay un problema de oír y sí algo tiene que hacer un Gobierno es oír”, argumentó
Pero como si se tratara de una oleada de chavistas que de un momento a otro caen en la sensatez, también se conocieron las críticas del constituyente Jesús Faría, quien admitió que el Gobierno ha cometido errores en el control cambiario, y que las medidas tomadas afectaron la economía del país.
“El control de cambio se agotó y no funciona actualmente porque no se tienen divisas y las reservas internacionales están en el menor nivel histórico per cápita”, comentó Faría, exministro de Comercio Exterior.
El funcionario admitió entonces que la crisis económica en el país suramericano se debe a los controles del Estado y a la escasez de divisas.
Por su parte, el ministro de Educación, Elías Jaua, también reconoció el “autoritarismo burocrático” en Venezuela, pues a través de una columna publicada en el diario Panorama repudió que el régimen no acepte la autocrítica.
“La interpelación no es bienvenida por quienes creen que todo va bien, porque estamos ganando elecciones”, señaló.
Promesas incumplidas
Luego de 19 años, el chavismo empieza a emitir sus autocrítricas, mientras que el pueblo de Venezuela se quedó esperando las promesas emitidas por Maduro durante su campaña electoral.
Maduro prometió acabar con la crisis económica que él mismo generó: “Ahora les digo, vamos todos el 20 de mayo a votar para traerle la prosperidad y el crecimiento económico, y se los voy a garantizar”, señaló.
ero con la llegada del chavismo al poder y, sobre todo, con Maduro en la Presidencia, el país suramericano logró la inflación más alta del mundo, los salarios más bajos de la región, escasez de alimentos y medicamentos que supera el 90 % y el cierre de innumerables empresas. Además, hoy en día Venezuela es uno de los países más pobres de la región.
Entre otras promesas ofreció fortalecer la educación pública y llegar a la meta de contar con un 100 % de escolarizados, así como expandir el sistema de salud pública y extender la política habitacional de su Gobierno para llegar a 5 millones de viviendas.
Durante sus años de “gestión”, Maduro logró convertir a la educación pública no solo en una profesión muy mal pagada, donde los maestros con mayor experiencia solo ganan mensualmente (US $3), sino que logró la mayor deserción escolar en la historia del país tras el hambre que enfrentan los niños en el país. Más del 50 % de los alumnos de la educación pública oficial no acuden a sus aulas de clases.
En relación con el sistema de salud, hoy Venezuela enfrenta una crisis humanitaria sin precedentes enmarcada en una escasez de insumos médicos que ha sido capaz de cobrar la vida de cientos de venezolanos. En el país suramericano se necesitan USD 34.000 millones para recuperar el sector salud.
En Caracas, por ejemplo, el último hospital que se construyó se levantó en el año 1987, cuando Jaime Lusinchi era presidente. Según especialistas hay un déficit neto de 40.000 camas hospitalarias, que equivale a la construcción de 33 grandes hospitales.