Como si la historia se repitiera nuevamente se busca un revocatorio, esta vez contra Nicolás Maduro tras la anulación de la mayoría opositora en el poder legislativo mediante un tribunal constitucional dispuesto a neutralizar así la derrota electoral del gobierno en las elecciones legislativas.
Una novedad del socialismo chavista en su constitución de 1999 fue el referéndum revocatorio a mitad del período para funcionarios electos, y aunque desde que se convocó el primero contra Chávez quedaron claras la disposición de la autoridad electoral para entorpecerlos y la del ejecutivo para someter a los firmantes al apartheid político.
Con inflación de más de 500 %, racionamiento de divisas, alimentos y medicinas, severa escasez y desbordada violencia delictiva, los niveles de rechazo al gobierno se aproximan al 80 %, y el restante el 20 % -que suma millones– se organiza para mantener el poder a cualquier costo, por lo que es especialmente interesante escuchar a jóvenes que hacen política en estas condiciones.
El 1 de septiembre
Alberto Rada, Presidente del Centro de Estudiantes de la Escuela de Ciencias Actuariales de la Universidad Central de Venezuela y Coordinador Nacional Juvenil de Formación del partido Vente Venezuela se define como liberal y me dice que “la marcha del 1 de septiembre es otra oportunidad de demostrarle al régimen socialista que está completamente errado y que todos los sectores de la sociedad venezolana desean un cambio lo más pronto posible para nuestra subsistencia como individuos y como sociedad.”
Carlos Benucci se define como progresista de centro izquierda, no milita en partido alguno, es presidente del centro de estudiantes de la escuela de sociología de la UCV y dice que “el movimiento estudiantil se opone al gobierno nacional por la crisis que ha generado en las universidades, crisis que es una manifestación del empobrecimiento, escasez e inseguridad que está afectando a toda la población y razón para exigir un referéndum revocatorio este año.”
Daniel Díaz, joven dirigente del movimiento libertario de Venezuela se define como anarcocapitalista y cree que “el primero de septiembre no lograra sino apaciguar a la población, para soportar un tiempo más la miseria socialista, pero agrega que la gente de verdad desea un cambio y por eso el movimiento libertario asistirá a repartir panfletos con propuestas a la crisis, carteles y banderas anarcocapitalistas.”
Rada advierte que “como el modelo está completamente fracasado, con toda seguridad vamos a ver niveles altos de represión que es lo que le queda al gobierno para mantenerse.” Coincido, el gobierno lanzó una intensa campaña de propaganda, movilización partidista y del aparato militar y policial que anuncia un esfuerzo represivo que empezará antes de la marcha y se prolongará mucho después, hasta ahora su capacidad de movilización de empleados públicos y milicianos en actos partidistas y el empleo de activistas violentos contra cualquier movilización opositora permitió que la magnitud del rechazo se refleje en movilizaciones.
El socialismo del siglo XXI
Para Rada, “el socialismo del siglo XXI fue la última gran catástrofe del siglo XX en Venezuela, apalancados en los petrodólares, los socialistas socavaron las instituciones de la sociedad venezolana, el gobierno, la economía y hasta la familia que es la base de la gran sociedad.”
Para Díaz “El fracaso del socialismo en Venezuela obligo a muchos jóvenes a interesarse por las teorías económicas y políticas, si no hubiéramos experimentado la crudeza del socialismo, tal vez no nos habríamos interesado por las ideas de la libertad y menos por el anarcocapitalismo, pero ver que con una renta petrolera en manos del Estado, con todos los recursos posibles y apoyo popular, se demostró una vez más que el socialismo como sistema económico y político es un total fracaso, hace que las personas busquen alternativas.
Para Benucci “entender que el modelo ha fracasado es tan simple como ver la escasez, la pobreza y en las Universidades a estudiantes abandonándolas porque no tienen con comer.”
Cómo salir del pozo
La mayor preocupación que pudiéramos tener los Venezolanos por la destrucción del aparato económico y el tejido institucional sufridos durante el chavismo –aparte del que no ha concluido– es que alcanzó un nivel del que es imposible recuperarnos a corto plazo con la menguante renta petrolera.
Rada estima que llegado el momento de reconstruir Venezuela; “lo primero es rescatar la institucionalidad de la República, los crímenes de quienes gobiernan no pueden quedar impunes, hay que fundamentar nuestras instituciones gubernamentales en la libertad y responsabilidad.
Por otra parte recobrar es Estado de Derecho incrementará la confianza que los capitales extranjeros han perdido, las trabas como el control de precios y las medidas que perjudican la libre empresa deben retraerse, únicamente una economía abierta e integrada al mundo globalizado podrá saltar del atraso socialista del siglo XX al nuevo milenio”.
Benucci dice que “la clave está en tener un gobierno que respete al sector privado, creo en un papel activo del gobierno en la economía afirma, no en la privatización de todo, pero si no se respeta al sector privado es imposible recuperar la producción nacional sin la que dependemos de importaciones que a su vez dependen del petróleo, y las consecuencias están a la vista”.
Por su parte Díaz afirma que: “llegado ese momento habrá que empezar por lo más prioritario, como la escasez, la delincuencia y la salud, pero lo interesante es que estamos en el momento preciso de mostrar cómo las medidas liberales adecuadas pueden solucionar en el corto plazo muchísimos de los problemas, y demostrado esto las personas estarían más dispuestas a aceptar cualquier otro tema en cuanto a la libertad económica y reducción del Estado” y agrega que “lo menos malo siempre es mejor y en este caso el socialismo moderado sería lo menos malo, pero sabemos que jamás aceptaran el liberalismo y si tomaran el poder seriamos los primeros en oponernos a sus errores.