26 de julio, el día que se conmemora el asalto al cuartel militar Moncada que afirmó el golpe de los hermanos Castro contra el régimen que derrocaron, la oposición cubana se unió para iniciar su siguiente cruzada: repudiar los intentos de modificar la Constitución que anuncia afirmar el proyecto socialista.
En cambio, propusieron el reconocimiento de derechos y libertades donde el poder no provenga de los gobernantes, sino del individuo, del ciudadano, de quienes sostienen la nación con su esfuerzo.
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Desde el exilio, Orlando Guitiérrez Boronat, director del Centro Democrático Cubano, explicó el accionar del régimen y sus detractores en una entrevista para el PanAm Post.
¿Cuál es la propuesta desde el exilio respecto a las reformas constitucionales?
En primer lugar, en Cuba no existe una constitución. En el mundo libre se entiende por constitución una carta de derechos fundamentales que reconoce un orden de derechos naturales existentes de donde emana la autoridad del Estado. Alrededor de esta carta de derechos, o mediante un documento y una estructuración de instituciones, se especifican y delimitan las funciones del Gobierno de manera que no laceren su autoridad original, la cual proviene del orden de derechos naturales preexistentes que constituye la soberanía del pueblo.
Lo que está tomando lugar en Cuba, por admisión de los mismos jerarcas del Partido Comunista, es la redacción de un manual para la reorganización del Gobierno según los intereses del Partido Comunista, que está en el esquema totalitario por encima de la Constitución, de los jerarcas militares y de la familia Castro.
¿Por qué es necesario el rechazo antes de la integración de las reformas?
Esta es una dictadura que ha violentado la soberanía del pueblo por seis décadas y este proceso que denominan constitucional se ha hecho sin respetar ninguna norma civilizada de convivencia política y cívica. Este es un régimen ilegítimo y sus procesos son ilegítimos. Reconocer este régimen y sus artimañas sería desconocer nuestros propios derechos.
¿Que el régimen reconozca que el comunismo es inviable es alentador para el fin del socialismo o garantiza su perpetuidad?
No mencionar la palabra comunista en este documento no significa ningún cambio sustancial. El nombre del partido único que rige el país sigue siendo comunista. En la ideología marxista, el comunismo es una etapa superior del socialismo, desde el socialismo supuestamente se construye el comunismo.
El régimen siempre insiste en que se encuentra construyendo el socialismo, es la palabra que más usan, el no hacer referencia al comunismo es sencillamente no referirse a un proyecto futuro en el que nadie cree, además está en línea con las directrices de la nueva izquierda, señalada por Gramsci y por Alinsky, donde se deja de enfocar en el objetivo final comunista y se concentran en los temas inmediatos de tensión social y de promoción inmediata del socialismo.
Esta estrategia también está reflejada en el documento final del Foro de Sao Paulo, realizado recientemente en La Habana.
¿Por qué es importante que la propuesta del exilio garantice no solo derechos sino libertades?
No es la propuesta del exilio, es la propuesta de toda la Resistencia Cubana, la concepción de un orden político basado en los derechos naturales de la persona humana es el corazón de la historia de Cuba. Sin estas libertades y derechos no existe nuestra misma identidad como pueblo.
La propuesta de los derechos y libertades del pueblo de Cuba es la propuesta de la misma historia de Cuba, de la misma identidad cubana.
¿Ven la gestión de Díaz-Canel como más abierta hacia el cambio o un instrumento de transición para camuflarlo?
La gestión de Díaz-Canel no ha sido otra cosa que una maniobra del Partido Comunista y de la familia Castro para mantenerse en el poder en Cuba, a expensas de los derechos y libertades del pueblo cubano.