El influyente Wall Street Journal volvió a poner la lupa en Argentina y reabrió un debate cada vez más presente en estos días: ¿llegó el momento de dolarizar y desterrar para siempre el peso? Para la publicación norteamericana, sí. Algo que también es planteado por varios economistas locales, pero en cierta manera el asunto sigue siendo tabú.
La última vez que pudo haber sido implementado un modelo semejante fue en la “Ley de Convertibilidad” de Carlos Menem y Domingo Cavallo. Luego de la hiperinflación de Raúl Alfonsín, que le hizo entregar de forma anticipada el mandato, el expresidente riojano lanzó los pesos convertibles “1 a 1” con relación al dólar estadounidense. A partir del 27 de marzo de 1991 se detuvo la corrida sobre el deseado billete verde y el país vivió una década atípica sin inflación.
Según Mary Anastacia O’Grady, Argentina debería “adoptar el dólar” para de una vez por todas “terminar con la miseria causada por el peso”. “Ahora los mercados predicen que la economía se contraerá más del 2 % este año y que la inflación llegará al 40 %. La pregunta que parece estar en boca de todos: ¿por qué vuelve a suceder, bajo un presidente que debería representar el cambio? La respuesta: porque Argentina todavía tiene un banco central. Para resolver el problema de una vez por todas, debe convertirlo a dólares”, resaltó la periodista del Wall Street Journal.
En un correcto diagnóstico, O’Grady manifiesta que el Gobierno argentino “vive más allá de sus posibilidades”. Para la analista existen altos impuestos y regulaciones que hacen que muchas actividades no sean competitivas. “El efecto sigue siendo el mismo: deuda inflada y una economía con devaluaciones o incumplimientos, o ambas cosas”, advirtió.
“Es el momento”
Como era de esperarse, la publicación tuvo repercusión en Argentina y varios economistas salieron a manifestar la necesidad de terminar con la moneda nacional, manipulada por los gobiernos argentinos. En diálogo exclusivo con PanAm Post, Adrián Ravier destacó que “es el momento en el que hay que tratar de insistir mucho con la dolarización, ya que el costo de implementarlo ante las recientes devaluaciones es razonable”.
Para el economista, si el Gobierno de Mauricio Macri se decidiera en esta dirección, “bajaría la tasa de interés, caería el riesgo país, se alcanzaría la estabilidad monetaria, se le daría más certidumbre al mercado y se ampliarían las posibilidades de atracción de capitales”.
En la opinión de Ravier, dado el tipo de cambio actual alto tras la última devaluación, el dólar de convertibilidad, es decir, las reservas que posee el BCRA, no deberían estar tan lejos en relación a los pesos del circulante. En el caso que los dólares no alcanzaran, señala, es preferible solicitarlos al FMI o a los Estados Unidos. Lo que no hay que hacer es dejar pasar la oportunidad de “romper con el ciclo de constantes devaluaciones que vienen a corregir los desajustes estructurales del gasto público, consideró”.
“Renunciar a la política monetaria, más que un problema es una ventaja. El Banco Central se ha desempeñado muy mal desde su creación en 1935”, concluyó.