El frente oficialista argentino, liderado por Mauricio Macri, recientemente rebautizado como “Juntos por el Cambio”, incrementa exponencialmente su base peronista. El arribo del exjefe de la bancada justicialista en el Senado, Miguel Ángel Pichetto, fue el vehículo canalizador para la peronización macrista. Quien fuera la máxima autoridad kirchnerista en el Congreso durante 12 años hizo una promesa a la hora de sumarse al espacio de Macri: “Muchos dirigentes peronistas van a acompañar esta propuesta”. Por ahora viene cumpliendo.
Con la llegada del ahora compañero de fórmula del presidente, desde el primer día el macrismo se hizo de cuatro nuevos porotos a la hora de contar los votos en el Senado: el expresidente Carlos Saúl Menem, Carlos Reutemann, Lucia Crexell y Carlos Espínola no dudaron en dar el salto a la rama peronista de Cambiemos. Pero Pichetto sigue sumando voluntades, y en las últimas horas consiguió el acuerdo con el puntano Adolfo Rodríguez Saa. Ya hubo foto y todo. El senador peronista tiene su banca asegurada hasta 2023, ya que fue electo por última vez en las de medio término de 2017. Ocupa su espacio en la Cámara Alta desde 2005 sin interrupciones.
Luces y sombras de la peronización macrista
Sin duda el incremento de la base de sustentación política del oficialismo es una buena noticia para Macri. Con un mejor número de legisladores y dirigentes en todo el país, aleja la percepción de tener el “Gobierno más débil de la democracia”, situación que más que un problema se convirtió en una excusa para el oficialismo.
Pero el discurso de “cambio y renovación” de la política quedó prácticamente enterrado. Con el arribo del más importante legislador kirchnerista a las filas propias, el macrismo ya no puede venderse como la nueva política.
También es justo reconocer que sin estos nuevos jugadores, sin los gobernadores apoyando y sin incrementar el número de parlamentarios, es muy difícil la implementación de reformas de fondo. Ahora que Cambiemos, con más peronismo en sus filas, tiene un mayor respaldo, no tiene excusas para no impulsar, a la mayor brevedad, las reformas necesarias para el país. La peronización del frente oficialista llega muy cerca a las elecciones como para esperar algo distinto en estos meses. Pero de conseguir la reelección, Macri debe encarar, desde el día uno, la cirugía mayor que evitó durante estos cuatro años, lo que agravó seriamente la crisis económica de Argentina.