El Gobierno de Brasil está evaluando acciones a tomar ante la emigración masiva de venezolanos. Entre las opciones está suspender termporalmente el ingreso de los ciudadanos del país vecino.
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Brasil analiza la viabilidad de pausar la entrada por tierra de los venezolanos en la frontera Norte, al menos, hasta que se realice un censo sobre quiénes llegaron masivamente al estado Roraima.
De acuerdo con la agencia de noticias AFP, la propuesta fue planteada en una reunión que se llevó a cabo este martes 30 de enero en Brasilia, en la cual estuvieron presentes los representantes y ministros de las carteras de Defensa, Justicia, Relaciones Exteriores y Casa Civil; así como representantes del Poder Legislativo.
Más de 40.000 venezolanos viven actualmente en Roraima, estado brasileño fronterizo con Venezuela; la mayoría de ellos en condiciones deplorables tras huír de la crisis sin precedentes que envuelve al país gobernado por Nicolás Maduro.
“Tuvimos el compromiso de ministros de tomar acciones de emergencia”, manifestó el senador oficialista Romero Jucá la agencia de noticias AFP, quien informó que existe la posibilidad de crear un campo de triaje para alojar a los migrantes venezolanos que están durmiendo en las calles.
Entre las medidas que se tomarán también está acordar la distribución de los venezolanos en otros estados de Brasil para así despejar un poco a Boa Vista.
Otra propuesta que circuló en la reunión es la de impedir la salida de los venezolanos que ya ingresaron a Brasil pues “algunos ciudadanos estarían yendo y viniendo constantemente para llevar dinero y comida” a Venezuela.
Y es que ante la crisis humanitaria que enfrenta el país suramericano, enmarcada en una escasez de alimentos y medicamentos que supera el 90%, los salarios más bajos de la región y la mayor inflación del mundo ; los venezolanos desesperados han buscado alternativas terrestres para salir de su país.
Según el Ministerio de Justicia brasileño, los venezolanos fueron los solicitantes de más de la mitad de las 33.865 solicitudes de refugio recibidas en Brasil durante el año 2017.
El número representa un nuevo récord por superar los 28.670 pedidos de refugio que el país recibió en 2015 y que era el mayor.
Los venezolanos presentaron el año pasado 17.865 solicitudes de refugio en Brasil, 52,75% del total.
El éxodo ha afectado principalmente a la ciudad de Pacaraima, en la frontera entre los dos países y cuya población dobló desde 12.500 hasta 25.000 personas con la llegada de los venezolanos.
Según las cifras del Alto Comisionado de las Naciones Unidas para los Refugiados (Acnur), Brasil es el segundo mayor destino de los venezolanos que piden refugio en el exterior.
Cabe destacar que el pasado 7 de diciembre el Gobierno regional de Roraima en Brasil declaró estado de “emergencia social” tras la migración masiva de venezolanos.
El decreto señala que el éxodo masivo “ha generado serias dificultades entre los equipos encargados de darles apoyo logístico (recepción y acogimiento) en la frontera”, y menciona riesgos a la salud y a la seguridad, tanto de los inmigrantes como de los brasileños.
El aumento del flujo migratorio surgió en el marco de que en marzo de 2017, cuando el Gobierno de Brasil anunciara la residencia temporal para los venezolanos que huyen de la crisis.
La resolución permite regularizar el estatus migratorio de ciudadanos de Venezuela, Guyana y Surinam con documentación e información básica que comprueba, entre otras cosas, que no tengan antecedentes penales.
La resolución estará vigente durante un año y existe la opción de que sea prorrogable.
El hecho de que los gobiernos mantengan las fronteras abiertas permiten de algún modo el acceso a una ayuda humanitaria para los venezolanos desasistidos por el régimen de Nicolás Maduro.
La crisis y la escasez de medicamentos ha obligado a cientos de venezolanos a cruzar las fronteras para tratar sus afecciones médicas.
En Colombia, Brasil y Guyana los ciudadanos han podido recibir atención médica tanto para adultos como para niños, así como el suministro de vacunas que la dictadura en Venezuela restringe.
Alerta de “estampida migratoria”
Tanto la Comisión Interamericana de Derechos Humanos como la ONG Amnistía Internacional han advertido que el éxodo de venezolanos se disparó 2.889% solo entre 2012 y 2015, situación que ha empeorado por el alto costo de la vida en el país suramericano.
Cifras del Alto Comisionado de las Naciones Unidas para los Refugiados (ACNUR), revelan que las solicitudes de asilo de venezolanos en todo el mundo llegaron a 34.000 en 2016; número superado en 2017 que llegó a 39.000.
En su columna publicada en el diario estadounidense El Nuevo Herald, el periodista Andrés Oppenheimer afirmó que funcionarios estadounidenses y latinoamericanos temen una situación parecida a la de Siria, en la que millones de venezolanos más huirán a otros países latinoamericanos, al igual que refugiados sirios que han “inundado Europa”.
Oppenheimer hace un llamado a seguir presionando al régimen de Nicolás Maduro con sanciones que permitan un cambio de rumbo en Venezuela, y advierte que de no hacerlo habrá una “crisis de refugiados mayor a la que ya existe”.
“América Latina debería, lo antes posible, presionar a Maduro congelando los fondos de funcionarios venezolanos y revocando sus visas y las de sus familiares, hasta que Venezuela permita que las elecciones presidenciales de 2018 se realicen con un tribunal electoral independiente, observadores internacionales creíbles y sin prohibir la participación de líderes opositores”; señaló.