La navidad revolucionaria en Venezuela empezó con el saqueo masivo legalizado. Siguió con la sacada, en tres días, de los billetes de 100 bolívares que es el billete de mayor denominación en Venezuela y que representa unos pocos centavos de dólar a cualquier tipo de cambio, incluso oficial. Retiró el billete que resulta ser más del 70 % del circulante en efectivo. Previsibles saqueos y protestas. De “se desmonetiza en 72 horas con 10 días para “canje” en el Banco Central” a “se reducen a cinco” y a “el billete de 100 resucitó y circulará hasta el 6 de enero”.
Objetivos revolucionarios
Primero los venezolanos se enfrentaron al saqueo “legalizado” de comercios, luego crisis de desmonetización adelantada. El caos estaba en los cálculos. A largo plazo la destrucción del bolívar es la historia de cómo el Banco Central de Venezuela destruyó una de las divisas más solidas del planeta. Vivimos el final. Un bolívar “fuerte” al que le restaron tres ceros para perder en ocho años ese poder compra nominal. Y regresar poco después a las mismas denominaciones de tres ceros más, pero con una fracción del poder de compra de las que sustituyó. Equivale a agregarle seis ceros en menos de una década.
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Con control de cambio y de precios hay mercado negro, hay contrabando de gasolina de Venezuela a Colombia porque en Venezuela cuesta pocos centavos de dólar y en Colombia precios internacionales. La petrolera estatal (PDVSA) pretende comprar votos, no un multimillonario contrabando. Pero la consecuencia no intencionada se recicla en corrupción tolerada. Control político de quienes controlan la frontera.
Con control de precios generalizado el contrabando se diversificó. Caído el precio del crudo la destrucción socialista del aparato productivo pasó factura. Con las importaciones reducidas endurecen el racionamiento de divisas e inicia el racionamiento de productos y se racionará hasta gasolina de frontera.
Hay contrabando en ambas direcciones por las distorsiones de precios y el racionamiento que impone en Venezuela la dictadura socialista. Los bolívares son recibidos en Colombia porque los pagan en pesos para el contrabando. Sin mencionar las ventajas de lavar narcoganancias en Venezuela.
Hay demanda de pesos colombianos en Venezuela, porque es una moneda convertible y el bolívar es inconvertible. Los bolívares son recibidos en Colombia al precio que la inflación diferencial y el riesgo de mercado negro fijan. Un mercado que transforma bolívares en dólares pasando por pesos. Es imposible sin que la corrupción de los supuestamente a cargo de perseguirlo los transforme en la principal mafia. De no existir esas distorsiones, el mercado negro sería únicamente de drogas y por una prohibición que tiene siglos fracasando.
El “billetazo” en curso
Se había incrementado en un 54 % la liquidez de los últimos 90 hiperinflacionarios días. Las expectativas impulsaron la inflación y el cambio de mercado negro se catapultó al cielo. La dictadura se empeñaba en saqueos legalizados. Y con deficiencia de efectivo por la falta de pago del papel moneda a los proveedores brasileños que impedía imprimir billetes, viejos o nuevos. Y pese a que la negativa de la CANTV (la principal empresa de telecomunicaciones de Venezuela) de otorgar 40 nuevos nodos adicionales ocasionó la crisis del sistema de pagos electrónicos.
Lanzan marchas y contramarchas de desmonetización. ¿Y los nuevos billetes? Bien gracias. Encargados a crédito y atrasados por la misma razón que no se imprimieron aquí. El primer embarque llegó finalmente. Circularán tras cumplir formalidades de proveedores. Entregar y revisar en sexto sótano del Banco Central.
¿Molestan en algo saqueos de negocios privados a quien causó el desorden? Para nada, con saqueos legalizados empezó el mes. Con saqueos escasamente reprimidos y muertos lo termina. Han militarizado y cerrado nuevamente fronteras y permitido, o incitado, delincuentes a arremeter contra la población donde arreciaron protestas. Represión barata que de gulags soviéticos saltó a calles de Haití y recicla Venezuela con Tonton Macoutes rojos.
La obsesión actual del chavismo en Venezuela es el comercio privado. Es su enemigo capitalista a destruir. En lugar de estatizarlo o proscribirlo pretenden expoliarlo hasta la quiebra. No fue un ataque a mafias de frontera que únicamente existen en la propaganda. De risa los galpones fantasmas de billetes Venezolanos en Europa. Fue expoliación del comercio privado, restricción temporal de liquidez por empobrecimiento masivo, destrucción del comercio de temporada. Y tapar cada escándalo con otro.
Las mafias reales están cerca del poder. De ahí la contramarcha. No es regresar efectivo a la calle, es alargar el “canje” para no afectarlos. Regresar efectivo es difícil. No lo recibió el Banco Central a cambio de cheques de caja propios. Entrego vales para canje futuro. En manos de los que entregaron billetes hay dinero en suspenso, si sus billetes regresan a la calle y no a sus manos, se duplica ese dinero de base.
¿Llegan billetes de mayor denominación? Sí. Y pese a atrasos de pago, serán entregados con las formalidades del caso. Pero hay un único mensaje claro en todo esto. El que en su momento intento Calígula al nombrar a su caballo Cónsul y Senador de Roma. ¡El que manda hace lo que le da la gana! Mientras tenga de su lado a los pretorianos.
¿Qué cuando se introducirá suficiente efectivo nuevo? Ni idea. Estimo que el proceso completo tardara meses. El daño al comercio es incalculable, donde hay muchos puntos de actividad económica que usan pagos electrónicos, dependen indirectamente de otros que no los usan. Hay cuellos de botella de todo tipo que eran impredecibles. El dinero depende de reservas y confianza en el emisor, pero más de la confianza. Quien entienda eso entiende que un daño de tal magnitud a la confianza en el bolívar tal vez logró su asesinato como moneda. Y claro, daños previstos e imprevistos hacen muy felices a sus verdaderos autores. Así es el socialismo, un absurdo que entiende únicamente quien lo padece.