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En la noche del miércoles 17 de mayo, la Corte Constitucional en Colombia le dio un duro golpe al acuerdo Santos-FARC. La Corte declaró inexequibles dos literales del acto legislativo que creó el mecanismo expedito (Fast Track), para el trámite de reformas constitucionales y proyectos de ley que se requieran en la implementación del acuerdo final.
Las reacciones ante esta decisión no se han hecho esperar. Por un lado, quienes nos opusimos desde el principio al acuerdo Santos-FARC, creemos que este es un despertar de la Corte Constitucional y que es una luz para quienes exigimos que en Colombia haya independencia de poderes. Y es que sencillamente en nuestro país, hasta el miércoles que se dio el pronunciamiento de la Corte, los congresistas no podían legislar, estaban impedidos para realizar modificaciones a las leyes que salían de lo acordado entre el gobierno y las FARC.
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Mientras tanto, del otro lado, quienes apoyan lo firmado en La Habana han manifestado su descontento y rechazo con la decisión de la Corte. Las reacciones van desde simples comentarios de descontento, hasta tuits indignantes de los miembros de las FARC que utilizan el #NoNosEnredenLaPaz. Pastor Alape, por ejemplo, dijo que esta decisión abría las puertas para el regreso a la guerra.
En nuestra videocolumna de hoy hacemos un análisis del pronunciamiento de la Corte Constitucional y explicamos por qué es un duro golpe para la implementación de los acuerdos Santos-FARC. Hablamos, además, del descaro de los miembros de las FARC y sus simpatizantes que se empeñan en llevar a cabo un acuerdo nefasto por encima de la voluntad de los colombianos.
En la videocolumna del PanAm Post analizamos los últimos acontecimientos del mundo iberoamericano desde una óptica liberal. Es presentada por Vanesa Vallejo, economista, miembro del Movimiento Libertario colombiano y columnista del PanAm Post.
